Conductas desafiantes en estudiantes de educación media: aportes para prevenir e intervenir la violencia escolar

Defiant behaviors in high school students: Contributions to prevent and intervene in school violence

Comportamentos desafiantes entre alunos do ensino secundário: contributos para prevenir e intervir na violência escolar

Claribel del Carmen Calderón a| Luis Mario Castellanos-Alvarenga b *| José Plutarco Mejía-Valiente c | Karen Yarixia Rivera de Blanco d | Gustavo Adolfo Valdivieso-Aguilar e

a https://orcid.org/0009-0005-8861-7607 Universidad Modular Abierta, Santa Ana, El Salvador

b https://orcid.org/0000-0002-9994-6562 Escuela de Psicología, Facultad de Ciencias Sociales y Comunicaciones, Universidad Santo Tomás, Chile

c https://orcid.org/0009-0003-0077-6802 Universidad Modular Abierta, Santa Ana, El Salvador

d https://orcid.org/0009-0004-8113-7646 Universidad Modular Abierta, Santa Ana, El Salvador

e https://orcid.org/0009-0006-2906-9978 Universidad Modular Abierta, Santa Ana, El Salvador

*Autor de correspondencia. Correo electrónico: lcastellanos@santotomas.cl

Para citar este artículo/To reference this article/Para citar este artigo: Calderón, C., Castellanos-Alvarenga, L. M., Mejía-Valiente J. P., Rivera K. Y., & Valdivieso-Aguilar, G. A. (2024). Conductas desafiantes en estudiantes de educación media: aportes para prevenir e intervenir la violencia escolar. Revista Logos Ciencia & Tecnología, 16(3), 105-115. https://doi.org/10.22335/rlct.v16i3.1996


Resumen

En la literatura científica se enfatiza que es fundamental abordar las conductas negativas desafiantes en el aula para mantener un ambiente propicio de aprendizaje. Este artículo tiene como objetivo describir las conductas negativas desafiantes en estudiantes salvadoreños de educación media, para realizar sugerencias de prevención e intervención de la violencia escolar. El tipo de investigación fue mixta, con diseño de triangulación concurrente (DITRIAC) y alcance exploratorio-descriptivo. En la fase cuantitativa, se aplicó una encuesta a 148 estudiantes (52.7% femenino y 47.3% masculino). En la fase cualitativa, se utilizó una entrevista en profundidad aplicada a cuatro directores y dos psicólogos. Los resultados indican que los estudiantes presentaron conductas de irrespeto hacia docentes y compañeros, además de actitudes rencorosas y vengativas. Tanto los directores como los psicólogos señalaron que estas conductas se extienden al uso de redes sociales, donde los estudiantes publican contenidos ofensivos y amenazantes hacia sus pares y figuras de autoridad. Se discuten las implicaciones prácticas de los hallazgos y se concluye que es esencial promover intervenciones psicoeducativas, con énfasis en el desarrollo de estrategias de regulación emocional que posibiliten la reducción de conductas desafiantes y prevenir la violencia escolar.

Palabras clave: conductas desafiantes, regulación emocional, violencia escolar, clima de aprendizaje, intervención psicoeducativa.

Abstract

In the scientific literature, it is emphasised that it is essential to address challenging negative behaviours in the classroom in order to maintain a conducive learning environment. This article aimed to describe oppositional negative behaviours in Salvadoran secondary school students, in order to make suggestions for prevention and intervention in school violence. The type of research was mixed, with a concurrent triangulation design (DITRIAC) and an exploratory-descriptive scope. In the quantitative phase, a survey was applied to 148 students (52.7% female and 47.3% male). In the qualitative phase, an in-depth interview was conducted with four principals and two psychologists. The results indicate that the students presented disrespectful behaviours towards teachers and classmates, as well as resentful and vengeful attitudes. Both the principals and the psychologists point out that these behaviours extend to the use of social networks, where students publish offensive and threatening content regarding their peers and authority figures. The practical implications of the findings are discussed, and it is concluded that it is essential to promote psychoeducational interventions with an emphasis on the development of emotional regulation strategies that enable the reduction of oppositional behaviours and the prevention of school violence.

Keywords: Oppositional behaviours, emotional regulation, school violence, learning environment, psychoeducational intervention.

Resumo

A literatura científica enfatiza que é essencial abordar os comportamentos desafiadores negativos em sala de aula para manter um ambiente de aprendizado propício. O objetivo deste artigo foi descrever os comportamentos desafiadores negativos em estudantes salvadorenhos do ensino médio a fim de fazer sugestões para a prevenção e intervenção da violência escolar. O tipo de pesquisa foi misto, com um projeto de triangulação simultânea (DITRIAC) e um escopo exploratório-descritivo. Na fase quantitativa, foi aplicada pesquisa a 148 alunos (52,7% do sexo feminino e 47,3% do sexo masculino). Na fase qualitativa, foi utilizada entrevista em profundidade com quatro diretores e dois psicólogos. Os resultados indicam que os estudantes demonstraram comportamento desrespeitoso com os professores e colegas, bem como atitudes ressentidas e vingativas. Tanto os diretores quanto os psicólogos observaram que esses comportamentos se estendem ao uso das mídias sociais, onde os estudantes publicam conteúdo ofensivo e ameaçador contra colegas e figuras de autoridade. Discutem-se as implicações práticas dos resultados e conclui-se que é essencial promover intervenções psicoeducacionais com ênfase no desenvolvimento de estratégias de regulação emocional que possibilitem a redução do comportamento desafiador e a prevenção da violência escolar.

Palavras-chave: comportamento desafiador, regulação emocional, violência escolar, clima de aprendizado, intervenção psicoeducacional.


Introducción

El trastorno negativista desafiante (TND) se define como un trastorno conductual que se manifiesta en un patrón constante de oposición, hostilidad y desafío hacia figuras de autoridad. Los niños, niñas y adolescentes tienden a resistirse de manera activa a las normas, involucrándose en frecuentes discusiones y mostrando comportamientos irritantes, vengativos y un bajo control de impulsos (Hawes et al., 2023). Esto se manifiesta a través de un patrón constante de irritabilidad o mal humor, incluyendo discusiones frecuentes o comportamientos desafiantes y vengativos que suelen persistir durante al menos seis meses (Torales et al., 2018). Abordar dichos comportamientos representa un desafío en el entorno escolar, particularmente se necesita de un trabajo articulado entre docentes, familias y equipo de apoyo psicopedagógico que responda a una estrategia para prevenir y dar tratamiento a estas conductas (Bravo-Pereira et al., 2024; Robayo et al., 2017).

De acuerdo con Morales et al. (2015), el TND tiene impacto negativo en el desarrollo de la empatía, además de asociarse con una disminución en la capacidad de la persona para reconocer y comprender las emociones de los demás. Así, Restrepo-Botero et al. (2016)plantean que el TND afecta negativamente la cognición social y el control de los impulsos; a menudo, los adolescentes muestran una tendencia a enfocarse en sus propias necesidades y deseos. Esta falta de empatía puede resultar en interacciones sociales problemáticas, ya que el adolescente puede tener dificultades para mostrar comprensión o preocupación por los sentimientos de los demás y desarrollar a futuro otras problemáticas psicológicas, como indicadores del trastorno límite de la personalidad (Fernández-Guerrero, 2017) y otros relacionados con el control de los impulsos (Asociación Americana de Psiquiatría, 2013; Schag et al., 2019).

En el contexto educativo, y particularmente en la educación media, abordar los indicadores del TND es de vital importancia para promover un clima de enseñanza-aprendizaje que permita alcanzar las competencias disciplinares y ciudadanas que contribuirán a la inserción en la educación superior y, posteriormente, en la vida laboral. El comportamiento desafiante y disruptivo de los estudiantes con TND puede crear tensiones interpersonales, conflictos y disturbios en el ambiente escolar, lo que afecta la calidad de las interacciones sociales y la cohesión grupal en el aula (Lozano-Barrancos et al., 2019).

Si bien es cierto, existen explicaciones basadas en la combinación de factores genéticos y sociales que dan cuenta del desarrollo de este trastorno (Arana-Medina & García-Peña, 2021). La percepción social sobre estas conductas actúa como un reforzador en el contexto escolar (Gelves-Ospina et al., 2020), por lo que es necesario promover intervenciones sistemáticas a nivel grupal e individual para prevenir, tratar y modificar este tipo de comportamientos en el contexto educativo, de modo que se generen estrategias de prevención de la violencia escolar y se aporte a la mejora del proceso de aprendizaje (Musa & Dergaa, 2022).

El aprendizaje es un proceso fundamental en el desarrollo de la vida de todas las personas. Moreira (2017) lo define como “la adquisición de nuevos conocimientos con significado, comprensión, criticidad y posibilidades de usar conocimientos con explicaciones, argumentaciones y solución de situaciones o problemas” (p. 2). Desde una perspectiva tradicional, se considera que la principal labor de los centros escolares es brindar conocimientos; sin embargo, es fundamental que se oriente a los estudiantes hacia el fortalecimiento de relaciones interpersonales, respeto y cooperación mutua. En este sentido, Moreno-Guaicha et al. (2024) señalan la importancia de comprender el aprendizaje como un fenómeno holístico, que no se produce de manera aislada, sino que requiere un proceso de interacción entre los distintos actores educativos para desarrollar las competencias disciplinares y ciudadanas.

Por su parte, Delors (1994) expresa la relevancia de que todos los estudiantes deben aprender a conocer, aprender a hacer, aprender a vivir juntos, y aprender a ser. Por tanto, la convivencia en los entornos educativos es fundamental para que se produzca un verdadero proceso de aprendizaje que le permita al ser humano integrarse a la sociedad de manera activa y propositiva.

Con respecto al TND y su sintomatología, los comportamientos desafiantes producen deterioro significativo en la actividad social, académica e interpersonal (Lin et al., 2022). De acuerdo con López-Villalobos et al. (2014), los indicadores de TND correlacionan de forma directa con indicadores de depresión y ansiedad, por lo que la falta de capacidad del adolescente para adherirse a las normas, dificultad para seguir indicaciones, conflictuar con coetáneos y figuras de autoridad generan problemas académicos, que se identifican también en el contexto familiar (Mikolajewski & Scheeringa, 2022).

García-Rangel (2014) expone uno de los obstáculos más importantes para llevar a cabo el proceso enseñanza-aprendizaje en la formación, evaluación y los distintos estados de ánimo que guarda la relación entre maestro-estudiante, los cuales pueden variar dependiendo de la institución que se trate y del nivel educativo de la misma. Así, también es complejo evaluar el aprendizaje, no solo de forma disciplinar, sino también a nivel de valores, dado que es una responsabilidad ética del docente contribuir a la formación integral del estudiante (Sandoval-Rubilar et al., 2022).

En El Salvador, Gutiérrez-Quintanilla et al. (2015) realizaron una investigación sobre los factores psicosociales de riesgo asociados a la conducta violenta en jóvenes salvadoreños; los adolescentes que habían crecido en hogares desintegrados presentan mayores problemas con el autoconcepto académico, personal y emocional: tenían más ansiedad, inseguridad, estrés y problemas de relaciones interpersonales que los jóvenes que vivían con ambos padres.

Por otra parte, estudios de caso muestran que la terapia cognitiva conductual a partir del entrenamiento de los docentes, los compañeros de clase y el adolescente es valiosa para reducir los efectos de la conducta negativista desafiante y mejorar el proceso de aprendizaje en el aula (Pérez, 2015). De manera complementaria, Medina (2023) subraya que la efectividad del tratamiento con adolescentes aumenta notablemente cuando participan tanto la familia como la escuela. Este enfoque integral no solo permite un seguimiento más coherente y continuo de las estrategias implementadas, sino que también fortalece la red de apoyo del adolescente, lo que facilita el desarrollo de habilidades socioemocionales y la regulación de sus impulsos (Gómez & Houghton, 2024). Además, la participación de ambas partes promueve una mayor comprensión del contexto emocional y social del adolescente, lo que contribuye a una intervención más efectiva.

Los enfoques que han mostrado mayores beneficios para abordar el TND incluyen los modelos conductuales, cognitivo-conductuales, técnicas de resolución de problemas y el uso de la atención plena (Dose et al., 2023). Sin embargo, en el contexto salvadoreño, no se ha investigado de manera sistemática el TND en adolescentes de educación media. En concreto, no se han realizado estudios que exploren el estado actual de este grupo de población para determinar la presencia de síntomas o indicadores del TND.

Por ello, resulta importante que se implementen investigaciones que permitan analizar las variables que inciden en el comportamiento de los adolescentes y que generan afectaciones en su desempeño académico. Abordar este tema resulta relevante para la comunidad académica y los profesionales de la salud mental que trabajan con adolescentes. Asimismo, es de vital importancia que los docentes de educación media dispongan de herramientas que les permitan identificar tempranamente a los estudiantes que presentan síntomas negativistas desafiantes e intervenir a través de los recursos o referencias que dispongan.

Con base en los antecedentes teóricos y empíricos descritos, las preguntas de investigación son: ¿cuáles son las conductas negativas desafiantes presentes en estudiantes salvadoreños de educación media? Y ¿cómo perciben los directores y psicólogos el impacto de las conductas desafiantes en el clima escolar? Para dar respuesta a estas preguntas, este artículo está enfocado en describir las conductas negativas desafiantes (CND) en estudiantes salvadoreños de educación media, con el fin de realizar sugerencias para la prevención e intervención de la violencia escolar.

[ Metodología

Se utilizó un enfoque mixto considerando la complementariedad de la aproximación cuantitativa y cualitativa. El uso del enfoque mixto permitió realizar una investigación holística e integradora (Creswell, 2014); esto facilitó analizar los datos obtenidos para dar respuesta al objetivo de investigación. El alcance de este estudio es exploratorio-descriptivo (Hernández-Sampieri et al., 2014), ya que el tema de CND ha sido escasamente abordado en El Salvador y porque este alcance permite construir una visión detallada de las manifestaciones de estas conductas; esto no solo amplía el conocimiento sobre el tema, sino que también sienta las bases para futuras investigaciones que podrían abordar las posibles relaciones entre las CND y otros factores, como las intervenciones psicoeducativas, aportando una base empírica para el desarrollo de estrategias de prevención e intervención.

Se trabajó con el diseño de triangulación concurrente (DITRIAC), con el cual, de acuerdo con Hernández-Sampieri et al. (2014), se recolectan y analizan datos cuantitativos y cualitativos sobre el problema de investigación, de manera simultánea. En la investigación desarrollada, se recopiló información de docentes y estudiantes que interactúan en el aula, propiciando un clima pedagógico que favorezca el proceso de aprendizaje. Además, se analizaron las experiencias de profesionales vinculados al área de dirección institucional y psicología, que enfrentan en el día a día situaciones vinculantes a conductas negativistas desafiantes con jóvenes de educación media.

Se utilizó un muestreo no probabilístico simple. En la fase cuantitativa, la muestra estuvo conformada por 148 estudiantes de educación media del occidente de El Salvador (52.7% femenino y 47.3% masculino); el promedio de edad fue de 17.20 años (DT = 0.71), todos estaban estudiando en centros educativos públicos.

En la fase cualitativa, se utilizó una entrevista en profundidad aplicada a cuatro directores y dos psicólogos. En todo momento se respetaron los resguardos éticos que dicta la Asociación Americana de Psicología (2010), los directores y responsables de los estudiantes firmaron un consentimiento informado, los estudiantes firmaron un asentimiento al aceptar participar en el estudio.

Las técnicas que se utilizaron para la recolección de datos fueron una escala de frecuencia de sintomatología de CND en formato Likert
(1 = nunca, 2 = a veces; 3 = siempre) dirigida a estudiantes de educación media (bachillerato), con el fin de identificar si los participantes reportaban presencia de CND en sus compañeros. Para la validación de la escala, se realizó el procedimiento de consulta a expertos para calcular el índice de validez de contenido (IVC), del cual se obtuvo un 0.88, lo que indicó que el instrumento tenía la validez necesaria para indagar sobre la presencia de conductas negativistas desafiantes en estudiantes de educación media. Los profesionales expertos a quienes se les consultó tenían amplia experiencia en las áreas pedagógica y psicológica, con estudios a nivel de posgrado. La escala mostró un índice de confiabilidad Omega de McDonald de ω = 0.723; el cual es aceptable.

En la fase cualitativa se utilizó la técnica de la entrevista para recopilar información con los directores de las instituciones educativas y con dos psicólogos. Las entrevistas fueron semiestructuradas, con el propósito que se tuviera una guía que orientara el conversatorio presencial y diera espacio para ampliar otras informaciones. Para asegurar la rigurosidad metodológica y la validez de los resultados obtenidos a través de las entrevistas, se implementaron los criterios de validación establecidos por Aráoz-Cutipa y Pinto-Tapia (2021). En primer lugar, se garantizó la credibilidad de los hallazgos mediante la aplicación de la técnica de triangulación, lo que permitió contrastar las distintas fuentes y perspectivas en el proceso de análisis de datos. Esta estrategia buscó minimizar sesgos y asegurar que las interpretaciones fueran coherentes y fundamentadas en diversas evidencias. En segundo lugar, se preservó la integridad de los datos al contextualizar cuidadosamente la información recopilada, considerando las circunstancias sociales, culturales y temporales en las que se produjeron los discursos de los participantes.

Finalmente, se llevó a cabo un análisis crítico en la interpretación de los resultados, donde se valoró y cuestionó cada inferencia realizada para evitar simplificaciones o conclusiones apresuradas. Este proceso reflexivo incluyó la evaluación de posibles limitaciones en la recolección de datos y el análisis, lo que contribuyó a una comprensión más profunda del tema.

El proceso de tabulación y análisis de los datos obtenidos se hizo a través del programa SPSS 27. Para el análisis de la información obtenida de las guías de entrevista (aporte cualitativo), se realizó un análisis de contenido, dando como resultado una categorización de ideas primarias y secundarias.

Resultados

Los resultados presentados en la Tabla 1 indican que, aunque la mayoría de los estudiantes no informa haber observado con frecuencia conductas negativistas y desafiantes, algunas de estas sí se presentan de manera significativa. El 41.2% de los participantes ha presenciado falta de respeto hacia los docentes, mientras que el 39.9% ha observado a compañeros que guardan rencor cuando algo los molesta. Asimismo, el 41.2% reporta haber sido testigo de discusiones entre compañeros de manera ocasional. Estas conductas, aunque no predominantes, muestran una presencia preocupante, reflejada en las desviaciones estándar, que sugieren variabilidad en las experiencias de los estudiantes.

Además, la desobediencia y las respuestas inadecuadas hacia los docentes también aparecen con cierta frecuencia (27% y 31.8%, respectivamente), lo que señala la necesidad de prestar atención a estos comportamientos disruptivos. Además de las conductas negativas mencionadas previamente, los resultados también muestran otros comportamientos desafiantes con menor frecuencia, pero que aún están presentes. Por ejemplo, el sarcasmo hacia los docentes es observado por el 17.6% de los estudiantes, mientras que el 5.4% reporta que ocurre “siempre”. De manera similar, aunque el 78.4% nunca ha escuchado expresiones de deseos de venganza contra docentes o compañeros, el 21.6% sí ha presenciado este indicador, lo que resalta su existencia en ciertos casos.

Tabla 1. Indicadores de conductas negativistas desafiantes

Ítems/Frecuencia

Nunca

(%)

A veces

(%)

Siempre

(%)

Media

DE

1. He observado en mis compañeros/as falta de respeto hacia los docentes

53.4

41.2

5.4

1.52

.60

2. He notado respuestas inadecuadas cuando los docentes preguntan en clase

62.8

31.8

5.4

1.42

.59

3. He visto desobediencia hacia los docentes

64.9

27.0

8.1

1.43

.64

4. He presenciado sarcasmo hacia los docentes

77.0

17.6

5.4

1.28

.55

5. He notado que algunos compañeros/as encuentran gracioso responder con sarcasmo

78.4

20.4

0.7

1.22

.43

6. He visto que algunos compañeros/as guardan rencor cuando algo les molesta

56.8

39.9

3.4

1.46

.56

7. He escuchado deseos de venganza contra los docentes o compañeros/as

78.4

21.6

-

1.21

.41

8. He presenciado discusiones entre compañeros

58.1

41.2

0.7

1.42

.50

9. He observado amenazas de lastimar a otros

98.6

0.4

-

1.01

.11

10. He notado que a algunos compañeros/as les gusta molestar a otros sin consideración

77.7

18.9

3.4

1.25

.51

DE = desviación estándar.

Por otra parte, no se observaron diferencias significativas en la percepción general de la frecuencia de ocurrencia de conductas negativistas desafiantes entre estudiantes hombre y mujeres. U de Mann-Whitney = 2429,
p = .241. Lo que sugiere una percepción similar en ambos grupos.

Resultados fase cualitativa

Se hizo un análisis de contenido de las entrevistas realizadas a cuatro directores y dos psicólogos de los centros educativos. Se transcribieron las entrevistas a formato Word y luego se hizo una codificación de las categorías principales que se extrajeron del contenido. Estas categorías reflejan las diferentes perspectivas y enfoques que tienen estos participantes sobre el tema, al considerar a los estudiantes con indicadores de CND, desde la identificación inicial hasta la provisión de intervenciones y apoyos específicos para garantizar su desarrollo académico y emocional.

En la Tabla 2 se muestran las categorías generadas a partir del análisis de contenido de las entrevistas aplicadas a directores y psicólogos de los centros escolares.

Tabla 2. Categorías de análisis de las entrevistas a directores y psicólogos

Directores

Psicólogos

Identificación de estudiantes con CND

Identificación de indicadores de CND

Condiciones entorno institucional

Problemas en el aula

Irrespeto a docentes y compañeros

Crisis de adolescencia y CND

Actitudes rencorosas y vengativas

Actitud rencorosa y vengativa

Tratamiento brindado

Atención brindada

Influencia de la formación familiar

Importancia de la familia

Clima pedagógico en el aula

Clima escolar

El análisis de contenido revela importantes consideraciones relacionadas con el TND en estudiantes. Los directores se centran en identificar indicadores clave de TND, como el irrespeto hacia docentes y compañeros, así como expresiones rencorosas y vengativas que pueden afectar el entorno institucional. Esta identificación es vital para entender cómo las CND impactan la dinámica escolar y para implementar estrategias efectivas de manejo y apoyo.

Por otra parte, los psicólogos se enfocan en distinguir entre la crisis de la adolescencia y los indicadores de CND. Su análisis destaca la importancia de considerar el contexto evolutivo y las características específicas del comportamiento para un diagnóstico preciso y una intervención adecuada. Además, los psicólogos abordan la necesidad de atención especializada y terapias específicas para estudiantes con CND, que van más allá del manejo cotidiano en el aula. Por ejemplo, un psicólogo expresó que “se necesita hacer psicoterapia centrada en la red de apoyo familiar, donde el adolescente pueda contar con el respaldo de su familia para cambiar su conducta” (participante 6, psicólogo). Además, el otro psicólogo manifestó que se debe trabajar en el control de impulsos desde un enfoque terapéutico integral: “es necesario hacer psicoterapia basada en el cambio cognitivo, debemos enseñar a controlar impulsos, lo cual es parte de las funciones ejecutivas” (participante 5, psicólogo).

Estos resultados subrayan la importancia de una colaboración estrecha entre la escuela, los padres y los profesionales de la salud mental para abordar eficazmente las conductas desafiantes, la comprensión compartida de los desafíos asociados con el TND y la implementación de estrategias holísticas que abarquen tanto el entorno educativo como el contexto familiar, que son fundamentales para promover el bienestar y el éxito académico de los estudiantes afectados por este trastorno.

Los directores manifestaron que tienen conocimientos de casos donde ha habido ataques de estudiantes hacia otros de manera agresiva: “a veces los estudiantes muestran actitudes rencorosas entre sí… hacemos mediación pedagógica, pero es complejo lograr una convivencia armoniosa en los cursos” (participante 2, director). Además, expresan que, en los casos donde los estudiantes manifiestan actitudes rencorosas y vengativas hacia compañeros y docentes, se ha identificado que estos hacen publicaciones en las redes sociales, denigrándolos; lanzan amenazas, ofensas y comentarios desagradables. Les gusta imponerse ante los criterios de los docentes y manipulan los materiales de otros estudiantes escondiéndolos o destruyéndolos. Asimismo, señalan que los comportamientos manifestados por los estudiantes tienen que ver mucho con la presencia de principios familiares, y expresan también que tiene gran relación con la estabilidad familiar o los conflictos que puedan existir en la familia: “las familias tienen una enorme responsabilidad en el fomento de valores, no se puede delegar toda la responsabilidad a los centros escolares” (participante 3, director).

Por su parte, los psicólogos consideran que a veces es difícil reconocer la diferencia entre una “rebeldía adolescente normal” y la que es consecuencia de un comportamiento negativista desafiante, debido a que es normal a su edad observar algunos indicadores de conductas negativistas. Sin embargo, mencionan que hay situaciones que exceden los límites de la normalidad, por ejemplo, “hemos abordado casos donde los estudiantes discuten y terminan en golpes; El Salvador ha sido un país complejo para resolver diferencias y esto también es parte de la cultura” (participante 6, psicólogo). Asimismo, expresan que actitudes rencorosas y vengativas de los estudiantes generan relaciones conflictivas con sus compañeros y afectan negativamente el clima escolar.

Discusión

Los resultados de este estudio indican que las conductas negativistas desafiantes (CND) se manifiestan particularmente en comportamientos como el irrespeto hacia los docentes, discusiones con compañeros y actitudes vengativas. Estas conductas, si bien no son predominantes, sí son significativas, en especial cuando se consideran sus posibles efectos disruptivos en el ambiente escolar (Lin et al., 2022). Estos hallazgos son consistentes con lo descrito por la literatura científica sobre el trastorno negativista desafiante (TND), que describe un patrón de oposición constante, hostilidad y desafío hacia figuras de autoridad, así como comportamientos vengativos e irritables (Hawes et al., 2023; Torales et al., 2018). Lo anterior es coincidente con lo expuesto por Gaeta et al. (2020), quienes manifiestan que en la actualidad la conflictividad escolar se ha convertido en una de las preocupaciones mayores de todas las sociedades. En este sentido, las manifestaciones de irrespeto y las actitudes rencorosas y vengativas no deben considerarse simples incidentes aislados, sino como una problemática estructural que erosiona la dinámica educativa. Estas conductas impactan de forma negativa en el ambiente de aprendizaje, dificultando la creación de un clima escolar adecuado para la enseñanza y el aprendizaje. Al no atenderse a tiempo, estas actitudes pueden propiciar un ambiente hostil en las aulas, lo cual afecta tanto el rendimiento académico como el bienestar emocional de los estudiantes y docentes. Este hallazgo es coherente con estudios previos que destacan la naturaleza dañina de la violencia psicológica en las escuelas, como lo afirman Massó et al. (2023), quienes señalan que estas conductas por lo general se habían minimizado en el contexto escolar, pero constituyen manifestaciones notorias de violencia psicológica directa y que puede dejar múltiples secuelas en la trayectoria vital del estudiante. La normalización de estas conductas es uno de los hallazgos más preocupantes, ya que muchos estudiantes consideran que actitudes como el sarcasmo, las burlas o la manipulación de otros compañeros son “simples bromas”, ignorando el daño que causan a nivel psicológico y social.

Por otra parte, Morales et al. (2015) señalan que el TND no solo afecta la conducta observable, sino también aspectos fundamentales del desarrollo socioemocional, como la empatía y la cognición social. En este estudio, los directores y psicólogos entrevistados expresaron que estos comportamientos disruptivos generan tensiones interpersonales y afectan de forma negativa el clima escolar. Esta coincidencia refuerza lo expuesto por estos autores, quienes argumentan que la falta de empatía en adolescentes con TND puede provocar interacciones sociales problemáticas, afectando tanto las relaciones entre pares como la relación con las figuras de autoridad (Torales et al., 2018). Esto plantea un desafío crítico para las escuelas: la necesidad de desnaturalizar estas conductas y sensibilizar a los estudiantes sobre sus efectos perjudiciales, tanto para el ambiente escolar como para las relaciones interpersonales. La evidencia presentada coincide con los hallazgos de Restrepo-Botero et al. (2016), en el sentido que las conductas negativas desafiantes afectan las interacciones sociales y las transforma en situaciones problemáticas. Además, esta falta de empatía y control de impulsos podría contribuir al desarrollo de otras problemáticas psicológicas, como lo sugiere Fernández-Guerrero (2017), al apuntar que estos adolescentes pueden estar en riesgo de desarrollar trastornos como el “trastorno límite de la personalidad” en el futuro.

Las CND tienen un impacto negativo en el clima escolar y en las relaciones interpersonales, afectando tanto el desempeño académico como la cohesión grupal. Esto es coherente con lo expuesto por Lozano-Barrancos et al. (2019), quienes exponen que las tensiones creadas por los comportamientos desafiantes generan conflictos que no solo interrumpen el proceso de enseñanza-aprendizaje, sino que también deterioran el ambiente de la escuela.

Por otra parte, es fundamental señalar algunas limitaciones de esta investigación. El diseño transversal descriptivo empleado, aunque es adecuado para explorar y caracterizar la presencia de conductas negativistas desafiantes (CND), no permite establecer relaciones causales ni explorar la correlación con otras variables. Sin embargo, en el contexto salvadoreño, donde existe poca o nula evidencia sobre qué factores específicos influyen en el desarrollo del CND, este enfoque descriptivo era necesario como primer paso. Al ofrecer un panorama inicial, se han sentado las bases para futuras investigaciones que puedan profundizar en las causas y correlaciones de estas conductas.

Para futuras investigaciones en esta área, se podría ampliar el número de participantes con cobertura nacional para que los resultados puedan ser generalizables en El Salvador. Además, se podrían ejecutar intervenciones para tener medidas pretets y postest, de modo que se evidencien los beneficios de implementar estrategias psicoeducativas para disminuir las CND. En este sentido, Pérez (2015) señala que estas deben involucrar a docentes, estudiantes y familias en un enfoque integral. La terapia cognitiva conductual y el entrenamiento en resolución de problemas han mostrado ser eficaces en la reducción de conductas desafiantes y en la mejora del clima escolar, lo cual contribuye significativamente a la adquisición de competencias académicas y ciudadanas (Gómez & Houghton, 2024; Medina, 2023). Además, estas estrategias son esenciales para promover una convivencia escolar pacífica y preparar a los estudiantes para una inserción exitosa en el mundo laboral y social.

De acuerdo con lo anterior, surgen implicaciones prácticas significativas para mejorar la identificación y el manejo de este trastorno en entornos escolares. En primer lugar, es fundamental implementar programas de capacitación y sensibilización dirigidos a educadores y personal escolar para mejorar la detección temprana de indicadores de TND. Además, se deben establecer protocolos claros de intervención que integren a psicólogos, docentes y personal educativo en el proceso de evaluación y tratamiento de estudiantes identificados con TND.

Conclusiones

Se concluye que es esencial abordar de manera integral las conductas negativistas desafiantes (CND) en el entorno educativo, promoviendo una colaboración activa entre familias, docentes y equipos psicoeducativos. Este enfoque conjunto permitirá una intervención más efectiva y coherente, facilitando la creación de canales de comunicación fluidos que aseguren el intercambio constante de información sobre el comportamiento y progreso del estudiante. De esta forma, se podrá implementar de manera más eficaz estrategias de manejo consistentes tanto en el hogar como en la escuela, promoviendo un enfoque integral que favorezca el desarrollo psicosocial y educativo del estudiante con CND.

Por último, se recomienda la implementación de políticas y estrategias de intervención temprana que se ajusten a las particularidades del contexto salvadoreño. Esto implica el fortalecimiento de redes de apoyo familiar y escolar, con el fin de reducir las consecuencias negativas en el rendimiento académico y en la socialización de los estudiantes. Estas políticas no solo deberían enfocarse en el manejo conductual, sino también en el desarrollo de habilidades socioemocionales que promuevan una convivencia más armónica y saludable dentro del ámbito escolar.


Referencias

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