Inteligencia económica*

Economic intelligence

Inteligência económica

José Ricardo Hernández Gómez**

* El presente artículo es producto de un proceso sistemático de investigación que el autor realiza en la Corporación para la Investigación, el Desarrollo Científico y la Innovación (CIDI).
** Licenciado en Derecho, Doctor en Antropología, Máster en Inteligencia Estratégica y Prospectiva, Especializado en Derecho Administrativo, Gerencia Financiera Sistematizada, Gerencia Tributaria, Gerencia y Gestión Cultural Internacional, Diplomado en Hermenéutica Jurídica, participó en la redacción de la Ley de Inteligencia y en su decreto reglamentario, estructuró los procesos metodológicos para la implementación del Centro de Protección de Datos de Inteligencia Militar, fue Director de Investigación y Decano General de la Escuela de Inteligencia y Contrainteligencia Brigadier General "Ricardo Charry Solano", docente y experto en varias áreas de Inteligencia y Contrainteligencia, ha publicado numerosos artículos sobre la materia, Director de la revista de Inteligencia Estratégica "Josué". Es autor de varios libros, entre ellos: Epistemología de la Inteligencia; Inteligencia Económica; Inteligencia Política; Inteligencia y Contrainteligencia, una visión constitucional; Reserva Legal; Derecho penal Militar; Incidencias administrativas en el proceso de dejación voluntaria de las armas; Gasto reservado, entre otros. Actualmente es el Director Científico de la Corporación CIDI y Consultor en entidades Públicas y Privadas.

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RESUMEN

La inteligencia económica y la contrainteligencia económica deben considerarse como funciones propias y exclusivas del Estado, provienen directamente de las ciencias tanto formales como empíricas y de todos los componentes que se les derivan, convirtiéndola en una sistémica congruencia de disciplinas científicas que procuran interpretar las realidades de los actores, factores, fenómenos y escenarios de contenido económico. Sus competencias y relaciones con los factores de desarrollo, la hacen necesaria para garantizar la pervivencia del Estado, el cumplimiento de sus fines esenciales y la realización consecuente de los Objetivos y fines Nacionales. Además de relacionarse con otras ciencias, sus estructuras teleológicas, fenomenológicas y deontológicas, le señalan unas dimensiones que circunscriben su objeto y su alcance.

Palabras clave: Estado, Inteligencia Economica, Contrainteligencia Economica, Seguridad, Dimensiones, Funciones, Estructuras, Actores, Objetos, Fenomenos, Factores, Sociedad.

ABSTRACT

The Economic intelligence and the Economic Counterintelligence must be considered as exclusive functions of the government, these come directly from the formal and empirical sciences and all of the components that are derived from them, making it a systemic congruence of scientific disciplines that attempt to interpret the realities of the actors, factors, phenomena and scenarios of economic content. Its competitive positions and relationships with development factors make this necessary to guarantee the survival of the government, fulfilling its essential purposes and the consistent implementation of the Objectives and National purposes. In addition to relate to other sciences, its teleological, phenomenological and ethical structures point to some dimensions circumscribing its object and scope.

Key words: State Economic Intelligence, Counterintelligence Economic, Security, Size, Functions, Structures, Actors, objects, phenomena, factors, Society.

RESUMO

Inteligência Competitiva e Contra- Inteligência deve ser visto como suas próprias funções únicas do Estado, diretamente das ciências formais e empíricas e todos os componentes são derivados, tornando-se uma coerência sistêmica de disciplinas científicas, buscando interpretar as realidades dos atores, fatores, fenômenos e cenários de conteúdo econômico. Suas habilidades e relações com fatores de crescimento, torna necessária para garantir a sobrevivência do Estado cumprir as suas finalidades essenciais e da aplicação coerente dos objectivos e metas nacionais. Além de interagir com outras ciências, as estruturas teleológica, fenomenológica e ética, apontando para um tamanho que circunscrevem seu objeto e escopo.

Palavras-chave: Estado, Inteligência Econômica, Contra-inteligência econômica, Segurança, Dimensões, Funções, Estruturas, Atores, Objetos, Fenômenos, Fatores, Sociedade.

INTRODUCCIÓN

Se pretende encauzar un tema de extrema importancia para la supervivencia del Estado, una herramienta que ha sido subutilizada por el desconocimiento de sus componentes tanto teóricos como estructurales, que se aborda de manera expedita, con las limitaciones que representa su complejidad. El tema será plausible si tiene la capacidad de generar dinámicas de cambio en el Estado. Los ejemplos justifican el acceso a tan especial y delicado contenido, que deberá ser resuelto inicialmente por los más altos decisores acompañados por la academia, eje inescindible de la comunidad y, en especial, de la nuestra de inteligencia.
La inteligencia económica se puede definir como el conjunto de las acciones de búsqueda, de análisis, de tratamiento, de difusión, de uso y de protección de las informaciones útiles a los diferentes actores económicos. Estos actores son concebidos como un sistema global dedicado a inspirar la estrategia de la Gerencia General del Estado, tal como para informar en forma continua e inervar sus diferentes niveles de ejecución a fin de crear una gestión prospectiva y colectiva de la información, la cual se convierte en su principal riqueza" (Levet, 2001).
La Inteligencia Económica (IE) le permite al Estado un mejor conocimiento y una mejora en la comprensión de su entorno. En un sentido más amplio, la IE permite buscar un control del entorno que permita acciones de adaptación a las condiciones cambiantes y en extremo dinámicas de los diferentes y complejos actores económicos de un entorno cada vez más informado (Hohmann, 2004).
Así, los métodos y las técnicas reactivas y proactivas u otras acciones tácticas, operacionales e inclusive estratégicas propias de la IE, incluidas en estos conceptos, exigen agregar a la inteligencia estratégica, las acciones de naturaleza realmente estratégica, buscando conseguir objetivos por vías diversas y en las cuales se relievan:
• Fusiones, escisiones, ventas y adquisiciones, con el fin de obtener la protección de las iniciativas nacionales, eliminar y/o neutralizar las amenazas emergentes, tradicionales y no convencionales o apropiarse de su saber hacer ( know how ), sus referencias profesionales, sus listas de clientes, usuarios o proveedores, sus cuotas de mercado, sus tecnologías, sus estrategias de mercado, entre otros.
• Acciones de cabildeo o de lobby con el fin de participar, activa o pasivamente en la evolución de un sector del entorno, mediante el posicionamiento legal, político, social, militar, entre otros (Hall, 2003).
La inteligencia económica suscita un interés creciente en el campo de la dirección estratégica del Estado y presenta una rápida evolución, de la cual surgen de manera constante nuevos conceptos, aplicaciones y herramientas, en un proceso metodológico completo de búsqueda, selección, análisis, almacenamiento y utilización de la información económica que facilita la toma de decisiones, constituyéndose en la mejor herramienta del Estado para la búsqueda, entendimiento y logro de sus fines esenciales, por intermedio de la satisfacción de los objetivos e intereses nacionales, confiados, evidenciados y materializados en las diferentes componentes normativos y políticos que se relievan en la Constitución Nacional y en las políticas públicas.
Este concepto de Inteligencia Económica (IE) debe estructurarse desde la revisión de las teorías económicas relacionadas con la información y su aplicación estratégica en el Estado, tomando como referente elementos empresariales estructurales, considerando sus diferentes campos de aplicación, analizando consecuentemente el estado del arte, que permita implementar una cultura de inteligencia que consolide los diferentes factores (Gilad, 2006).
Debe precaverse que actualmente las actividades de Inteligencia y Contrainteligencia deben adecuarse a las nuevas tecnologías asociadas con la información, considerando que hoy es posible acceder en términos de inmediatez a una ilimitada cantidad de datos, generado nuevos para digmas y objetivos: definir cómo incorporar el gran volumen de información a los procesos de dirección y de toma de decisiones, que permita la utilización de la información procesada, con mayor intensidad y rapidez, que sirva para la toma de las mejores, inmediatas y más importantes decisiones (Franco, 1997).
Las condiciones actuales exigen y devienen en:
1. Un mundo globalizado, con sobreabundancia de información, que ofrece una mayor preparación de los analistas y que adicionalmente la demanda progresivamente, en cuanto a la capacidad de procesar en el menor tiempo una mayor cantidad de información útil, que incrementará proporcionalmente las posibilidades y las capacidades de los decisores. Sin embargo, los recursos disponibles en algunas organizaciones, que incluyen al Estado, no se encuentran en la capacidad tecnológica y humana, para abordar este fenómeno ya que esos recursos disponibles para analizar los datos no siempre se encuentran adecuados para quienes los requieren.
De esta manera, se crea una profunda fisura entre las decisiones estratégicas a tomar, los recursos de análisis disponibles y las necesidades de decisión en el Estado, lo cual se convierte en la inoportuna, incorrecta y tardía elección y adopción decisional. En Inteligencia Económica es muy trascendental el factor temporal, capaz de anticipar la acelerada dinámica de las condiciones del entorno, propiciando líneas de acción de manera oportuna y que posicionen las diferentes estructuras del Estado con mínimos de inversión y máximo de ganancias.
2. Los métodos, las técnicas y las diferentes herramientas que se utilizan en Inteligencia Económica, para la generación de decisiones, además de contar con una afluencia abundante de información, se especializa en el apoyo directo y personalizado, antecedente, concomitante y consecuente en la toma misma de decisiones, acompañándole permanentemente, y propiciando la creación de modelos, la recuperación e interpolación de información, el almacenamiento de datos, la construcción de posibles escenarios y su visualización y elaboración de consultas interactivas, juegos gerenciales y simuladores.
3. Un cambio estructural determinado y apoyado por intermedio de la Inteligencia y Contrainteligencia Económica, esto es: pasar de algunas aplicaciones de acceso a los datos a los sistemas de información progresivos y permanentes de apoyo a la toma de decisiones, con enfoque proactivo y en tiempo real; de prospectar la inversión en tecnologías informáticas a anticipar la recuperación financiera de la inversión en información; del dominio personal, institucional y estatal de la información a su conversión en activos de conocimiento económico holístico; de fuentes cerradas y limitadas a abiertas y visibles; de una simple investigación de objetivos a la consolidación y establecimiento de un marketing por objetivos personalizados; de la integración microeconómica a la proyección macroeconomía.
4. Una era de la información y la informática, como herramientas permanentes del Estado, que apoyen eficientemente su toma de decisiones, con tecnologías de sistemas de administración de bases de datos relacionales y centros de datos convertidos en plataformas de almacenamiento, complementado con una amplia disponibilidad de hardware escalable con mejoras significativas en desempeño; especialmente de un progresivo desarrollo de software y hardware con alta capacidad de interacción y capaz de propiciar una adecuada atención y comprensión del entorno.
5. La necesidad de procesar y aprovechar la abundancia de información disponible y de sus posibilidades, con el uso de nuevas tecnologías, con la suficiencia para soportar las demandas que las actividades de inteligencia y contrainteligencia económica, como concepto (debidamente entendido), con sus metodologías organizacionales, herramientas tecnológicas y nuevos sistemas, que le permitan la adecuada recolección, organización, análisis, difusión y uso de la información, en la generación de productos de soporte al decisor.

1 . GENEALOGÍA DE LA INTELIGENCIA ECONÓMICA

El término inteligencia tiene múltiples acepciones, acordes con su genealogía y de donde provienen sus diversas interpretaciones; bajo los aspectos metodológicos de su concepto más actual, su semiología responde a las necesidades de los tiempos y en especial de la precisión en su aplicación.
Dentro de un aprovechamiento sistémico, se considera que el término parte de un proceso histórico, que evoluciona hasta la concreción de un concepto final de inteligencia económica aplicable, defendible e interpretado hoy, junto a sus diferentes aspectos de contexto, con quienes se interrelaciona.
El concepto de inteligencia y en corolario la contrainteligencia económica son frutos de una génesis compleja que se deriva de las actividades evidentes de inteligencia y contrainteligencia y que requirieron incluir e implementar procesos estratégicos holísticos para el aseguramiento de los fines y objetivos nacionales de defensa y seguridad (Tena y Comai, 2003).
La Inteligencia Económica (IE) (y la contrainteligencia Económica (CE)) comporta una dinámica que se nutre de la interdisciplinariedad, y su conexidad es de tal magnitud que la integración de otras disciplinas ha sido uno de sus mayores aciertos y de sus cualidades intrínsecas, que debe observarse como un sistema dentro del Estado apoyada en todas las disciplinas científicas, combinando un método científico, una estructura y unos bienes y recursos.
Las diversas aproximaciones conceptuales van mucho más allá de una propuesta para la reivindicación de objetivos de orden patrimonial. La inteligencia económica es producto de una evolución transdisciplinaria sistémica.
Las ciencias formales y empíricas que se derivan en las ciencias jurídicas, las ciencias políticas, las ciencias económicas, de gestión y empresariales, las ciencias de la información, comunicación y documentación, la sociología, antropología, psicología, biología, filosofía y otras más innumerables, se han materializado a través del Derecho, la comunicación, documentación, pedagogía, ética, sistemas complejos, conexos y complementarios como la inteligencia, la estrategia, la dirección, la gerencia, entre otros universos de innumerables disciplinas científicas, que dieron origen a los sistemas de inteligencia (estratégica, operacional y táctica), a los sistemas integrales de observación, a procesos deontológicos y al desarrollo de sus componentes culturales, que se evidenciaron en dinámicas integrales, sistemas de seguridad, sistemas de vigilancia, en sistemas de inteligencia integrales y colectivos que por último influenciaron y propusieron una sinergia evolutiva y progresiva de lo que hoy denominamos Inteligencia Económica.
Todo evento humano que sea valorable económicamente puede ser objeto de la inteligencia y contrainteligencia económica. Pero precisando el alcance de la inteligencia como una función exclusiva de Estado, comprendemos su significado epistemológico.
Como se puede observar, la Inteligencia y la Contrainteligencia económica no es una actividad exclusiva de las ciencias de la economía; se aprovecha de ella y de sus actores, como poder y pilar fundamental de los Estados y Democracias modernas, en torno del cual se desarrollan principalmente los unos y los otros, para el logro de sus fines esenciales.

2 . EL ESPACIO METADIMENSIONAL DE LA INTELIGENCIA ECONÓMICA

En el entorno global podemos apreciar unas naciones ricas y otras menos, la diferencia de la renta del relativamente pequeño número de naciones opulentas y la de la gran mayoría de naciones pobres no solo se mantiene, sino que aumenta permanentemente, generando dinámicas económicas que afectan los intereses y los objetivos nacionales de todo el contexto internacional (Portela, 1996).
La única manera de prepararse para esos movimientos de orden internacional, por la captura de capitales, de soberanía, de independencia, de orden y subordinación internacional, es mediante la implementación de actividades recíprocas de orden nacional lideradas por el Estado, con la finalidad de conocer permanente y profundamente estos fenómenos; esto hace que la inteligencia económica tenga sus objetivos determinados en el ámbito internacional.
Muchas naciones no adoptan la política y los métodos que han hecho ricas a las demás, porque no existe un acuerdo general respecto a cuál de los métodos y a qué política se deben las altas rentas de las naciones; de igual manera, no es nada seguro que métodos y política similares produjesen los mismos resultados en las distintas circunstancias geográficas, culturales e históricas de las actuales naciones de rentas bajas, infiriéndose de los aspectos geoestratégicos. Finalmente, ni los eruditos, ni los científicos han presentado aún una teoría sobre el desarrollo económico que sea útil desde el punto de vista operativo y que se pueda aplicar de forma general. Es, en consecuencia, el aspecto económico difuso y asimétrico.
Podríamos recurrir al análisis histórico concentrándonos en los orígenes de los desiguales niveles de desarrollo existentes en la actualidad. En consecuencia el enfoque histórico puede aislar los fundamentos del desarrollo económico, y puede usarse como instrumento que facilite la objetividad y el conocimiento, pero debe operarse en conjunto con escenarios presentes y futuros.
Es por ello que la Inteligencia y la Contrainteligencia Económica se debe interesar por temas como:

2 .1 . El desarrollo y el subdesarrollo

¿Qué se mide por las estadísticas de la renta per cápita?, que en el mejor de los casos, son medidas brutas del nivel de desarrollo económico. Estas son estimaciones o aproximaciones. Además, por razones técnicas, las comparaciones entre las rentas de unos y otros países son especialmente de poca confianza, por las afectaciones de contexto. Pero hay otras medidas del desarrollo o subdesarrollo que, aunque menos globales, son más gráficas; en consecuencia, se encuentran sometidos al contexto y a la interpretación, que difieren grandemente desde las diferentes perspectivas relacionales. Estos elementos temáticos deben considerarse en términos de satisfacción de los intereses y objetivos nacionales, que se derivan en la realización de los fines esenciales del Estado. Aquí radica la importancia de la Inteligencia y Contrainteligencia Económica.

2 .2 . El crecimiento, desarrollo y progreso

El crecimiento económico es el incremento sostenido del producto ( output ) total de bienes y servicios que se producen en una sociedad dada. En las últimas décadas este producto total se ha medido atendiendo a la renta nacional o el Producto Nacional Bruto (PNB). El crecimiento en el producto total puede darse bien por un aumento en los factores de producción ( input ), bien porque se dé una utilización más eficaz de cantidades equivalentes. Sin embargo, esta apreciación es estructural en la medida que las amenazas del Estado se encuentren debidamente controladas; toda clase o nivel de amenaza puede afectar grandemente al Estado y a sus cuentas. Y solo la función de Inteligencia y Contrainteligencia tiene la capacidad de anticipar esos riesgos, vulnerabilidades y amenazas.
Por lo que se refiere a la prosperidad, el crecimiento económico sólo es significativo cuando se mide en términos de producto per cápita, esto señala la importancia de conocer los aspectos microeconómicos, en los núcleos más esenciales de la sociedad y que son el objeto primigenio de la actividad de Inteligencia. Obsérvese que el desarrollo económico es el crecimiento económico acompañado por una variación sustancial en las estructuras o en la organización de la economía. El cambio estructural o de organización puede ser la causa del crecimiento o de la debacle y para llegar a su conocimiento se requiere de la Inteligencia y la Contrainteligencia.
Obsérvese además que el crecimiento económico es un proceso reversible. Es decir, el crecimiento puede seguir después de la decadencia, lo que indica que el desarrollo económico es igualmente reversible. Es más frecuente que inmediatamente después de un periodo prolongado de decadencia económica se dé algún tipo de regresión económica, un retroceso a formas más simples de organización y a afectaciones importantes en la Seguridad y Defensa Nacional. (Martinet y Marti, 2001).
Es palmaria evidencia que los Estados más prósperos en el mundo son aquellos que han fortalecido proporcionalmente su función de Inteligencia y Contrainteligencia.

2 .3 . Los factores determinantes del desarrollo económico

Se ha considerado desde la economía clásica que la clasificación tripartita de los factores de producción: tierra, trabajo y capital, son determinantes para el desarrollo económico, muchos otros han incluido aspectos de orden ecológico y de munificencia. Esta clasificación y las diversas fórmulas que de ella pueden derivarse son indispensables para el análisis económico moderno y son sumamente útiles en el estudio de la historia económica. Sin embargo, como marco para el análisis del desarrollo económico, esta clasificación es excesivamente limitada. Presupone que los gustos, la tecnología y las instituciones sociales nos vienen dados y son fijos o infieren que no tienen nada que ver con el proceso productivo.
En la realidad histórica todos ellos están estrechamente relacionados con el proceso productivo y todos están sujetos a modificaciones evolutivas. De hecho, los cambios tecnológicos e institucionales son la fuente de cambio más dinámica de toda la economía (Mousnier, 2005). Por lo tanto, para analizar el cambio económico en la historia, es necesaria una clasificación más amplia de los factores determinantes del producto. En dicha clasificación, el producto total en un momento dado y la tasa de cambio del producto a través del tiempo se conciben como funciones de la mezcla de la población, los recursos, la tecnología y las instituciones sociales, generando uno de los objetivos de la Inteligencia y la Contrainteligencia Económica.
Los recursos son lo que los economistas clásicos denominaban tierra. El término abarca no solo la cantidad de tierra, la fertilidad del suelo y los recursos naturales convencionales, sino también el clima, la topografía, la disponibilidad de agua y otras características del medio, incluyendo la localización1 (Davenport y Prusak, 2000). En los últimos siglos, la fuente más dinámica de cambio económico y desarrollo ha sido la constituida por las innovaciones tecnológicas (Beaumard y Harbulot, 1997).
La relación entre población, recursos y tecnología dentro de la economía viene condicionada por las instituciones sociales, que incluyen entre estas a los valores y modos de pensar. Normalmente, las instituciones que tienen mayor relevancia en las economías nacionales y otros conjuntos similares son la estructura social, la naturaleza del Estado o del régimen político, y las inclinaciones religiosas o ideológicas de los grupos o clases dominantes. Quizá debamos tener en cuenta un buen número de otras instituciones como son las asociaciones voluntarias, el sistema educativo, e incluso, la estructura familiar o cualquier otra vía de adquisición de valores éticos y morales.
Una de las funciones de esas instituciones consiste en proporcionar elementos de continuidad y estabilidad, sin los cuales las sociedades se desintegrarán, pero puede ocurrir que actúen como obstáculo para el desarrollo económico, dificultando el trabajo humano, impidiendo la explotación ra cional de los recursos o inhibiendo la innovación y difusión de la tecnología. Sin embargo, es posible que se produzcan también innovaciones en las instituciones.
Los marxistas afirman haber descubierto la clave para la comprensión, no solo de todo el proceso económico, sino también de la evolución de la humanidad. El elemento clave es el modo de producción; todo lo demás es la superestructura. Sin embargo, su dimensión no ha sido adecuadamente interpretada y aquellos estados que trataron de implementarla sucumbieron ante la imposibilidad de progreso real.
La lucha derivada entre las clases sociales para controlar los medios de producción, como aforismo de algunas ideologías, proporciona el elemento dinámico que constituye uno de los mayores componentes de análisis de los Estados en la generación de satisfacer sus intereses. Descifrarlo es una función del Estado que debe realizarse a través de su Inteligencia y Contrainteligencia.

2 .4 . La producción y productividad

Para continuar apreciando la necesidad de la Inteligencia y la Contrainteligencia, en la mayoría de los procesos económicos, podemos establecer que la misma actividad de producción es el proceso mediante el cual los factores de producción se combinan entre sí para producir bienes y servicios (Gilad, 1989). Puede medirse en unidades físicas o en términos de valor. La productividad es la relación entre lo obtenido tras un proceso productivo y los factores de producción utilizados. Para medir la productividad del factor total es necesario utilizar términos de valor.
Como uno de los mayores capitales: el humano, es el resultado de la inversión en conocimientos, habilidad o capacitación (Galarreta y Trousse, 1996). Tal inversión puede adoptar la forma de escolarización formal, de aprendizaje o de capacitación por la práctica, de allí que se requiera que los funcionarios de Inteligencia y Contrainteligencia de un Estado tengan niveles de formación capaces de interpretar las realidades sociales[2].

2 .5 . La Estructura económica y el cambio estructural

El concepto de estructura económica comprende la relación entre los diversos sectores de la economía, especialmente entre los tres sectores principales. En el sector primario se incluyen aquellas actividades cuyos productos se obtienen directamente de la naturaleza: minería, agricultura, pesca, explotación forestal. En el secundario se incluyen las actividades que transforman o elaboran los productos de la naturaleza, como la industria y la construcción. El terciario o sector servicios no se ocupa de productos o bienes materiales, sino de prestaciones o asistencia, cubren desde el servicio doméstico y personal hasta los servicios financieros y comerciales, profesionales y gubernamentales. Toda la dinámica del Estado se encuentra transversalizada por esta concepción, lo difícil para el Estado es procurar decisiones que equilibren estos actores económicos de alta determinación para el futuro de la Nación, lo cual justifica per se, el conocimiento detallado y pormenorizado de cada uno de sus componentes, evento que solo puede hacerlo a través de sus agencias de Inteligencia y Contrainteligencia. Las justificaciones acerca de la existencia y necesidad de un sistema de Inteligencia, no es un mero enunciado coyuntural, especulativo o meramente semántico.
Apréciese que, desde las primeras civilizaciones hasta hace menos de un siglo, la principal ocupación de la gran mayoría de los Estados era la agricultura. Hace unos pocos cientos de años, la productividad de la agricultura empezó a crecer. Según aumentaba, se iban necesitando menos trabajadores en la producción de bienes de subsistencia y había más que se podían dedicar a otras actividades productivas. De este modo, comenzó el proceso de industrialización, que se extendió desde el final de la Edad Media hasta mediados del siglo XX. A medida que disminuía el porcentaje de mano de obra dedicada a la agricultura, fue aumentando aquella dedicada al sector secundario, si bien no en la misma proporción. El aumento de la euritmia de mano de obra en el sector secundario, se vio acompañado por el correspondiente, en la proporción de renta proveniente de este sector, modificando las relaciones y las dinámicas sociales.
Los procesos semejantes de cambio en las proporciones de fuerza de trabajo empleada en los dos sectores y en la renta proveniente de estos, son importantes ejemplos de cambio estructural en la economía y que evidencia un orden que Estado debe prever, para su integral beneficio. En este aparte conviene aclarar que no se trata de intervenir, sino de conocer integralmente los componentes y evidencia de ello se aprecia desde los años 1950 aproximadamente, en la cual las economías más avanzadas han experimentado un nuevo cambio estructural, del sector secundario al terciario[3].
Estos cambios estructurales pueden explicarse en relación con el tránsito de las actividades agrícolas a las secundarias: por parte de la oferta, la creciente productividad hizo posible producir la misma cantidad de producto con menos mano de obra; por parte de la demanda, se puso en funcionamiento una constante del comportamiento humano denominada Ley de Engel. Esta ley afirma que al aumentar la renta de un consumidor baja la proporción de esta que se destina a "comida".
Con respecto al segundo cambio estructural ahora en curso, el cambio relativo de la producción (y consumo) de bienes a la de servicios entra en funcionamiento un corolario de la Ley de Engel: al aumentar la renta, aumenta la demanda de todos los bienes, pero en menor proporción que la renta, siendo la demanda de bienes sustituida en parte por la de servicios y ocio. Los cambios tecnológicos y de gustos son los responsables básicos de tales cambios estructurales, pero, en general, su causa inmediata es el cambio de los precios (y salarios) relativos.
Frente a estas evidencias teóricas y fácticas el Estado debe adelantar todos los procesos de conocimiento integral de su sistema y solo puede lograrlo a través de sus órganos y unidades de Inteligencia y Contrainteligencia Económica.

2 .6 . La logística del crecimiento económico

Logística es el nombre que recibe una fórmula matemática. La curva que la representa tiene la forma de una S estirada y a veces se denomina curva-s. La curva tiene dos fases: una de crecimiento acelerado seguida por otra de crecimiento menor. Se ha observado también que la curva logística se puede representar con cierta aproximación muchos fenómenos sociales, especialmente crecimientos demográficos.
En el caso de Europa, se han identificado tres ondas que describen periodos largos de crecimiento demográfico, cada uno de ellos seguido por un periodo de relativo estancamiento, o incluso de descenso. El primero de ellos comenzó en los siglos IX o X, la tasa de crecimiento alcanzó su punto más alto probablemente en el siglo XII; empezó a disminuir en el siglo XIII y terminó abruptamente con la peste de 1348, cuando Europa perdió una tercera parte o más de su población total. Tras un siglo de relativo estancamiento, la población empezó a crecer de nuevo a mediados del siglo XV, alcanzó su tasa más alta en el siglo XVI, y en el siglo XVIII otra vez se estabilizó, incluso puede que disminuyera.
Hacia mediados del siglo XVIII el proceso se puso nuevamente en marcha, esta vez con mucha más fuerza, y siguió a un ritmo sin precedentes hasta que fue interrumpido, en la primera mitad del siglo XX, por las guerras mundiales y las calamidades que las acompañaron. Existen pruebas de una cuarta logística, esta vez a escala mundial, que tuvo lugar desde la Segunda Guerra Mundial.
Es prácticamente seguro que cada una de las fases de crecimiento demográfico acelerado se vea acompañada del crecimiento económico, en el sentido de que aumentaron tanto la producción total como la producción per cápita. La hipótesis de que los crecimientos económico y demográfico corrieron juntos se apoya en la evidencia incuestionable de la expansión, tanto física como económica, de la civilización europea durante cada una de las fases de crecimiento demográfico acelerado. En los siglos XI, XII y XIII la civilización europea se extendió desde su antiguo centro geográfico, situado entre los ríos Loira y Rhin, hacia las islas británicas, la Península Ibérica, Sicilia y el sur de Italia, por Europa central y oriental, e incluso temporalmente, durante las cruzadas, a Palestina y el Mediterráneo oriental.
Hacia mediados del siglo XVIII el proceso se puso nuevamente en marcha, esta vez con mucha más fuerza, y siguió a un ritmo sin precedentes hasta que fue interrumpido, en la primera mitad del siglo XX.
Durante la última parte del siglo XV y todo el siglo XVI, las exploraciones geográficas allende los mares, los descubrimientos y las conquistas llevaron a los europeos a África, al Océano Índico y al hemisferio occidental. Finalmente, durante el siglo XIX y a través de la emigración, la conquista y la anexión, los europeos establecieron su hegemonía política y económica en todo el mundo.
Finalmente, por el fenómeno de los rendimientos marginales decrecientes la sociedad se enfrenta con un nuevo techo productivo y la población de nuevo se estanca (o decrece) hasta que una nueva innovación trascendental vuelve a provocar un aumento de la productividad y a dar a conocer nuevos recursos.
Como puede apreciarse, la Inteligencia Económica se ve abocada a conocer la génesis integral de las relaciones sociales y evolutivas de los grupos humanos de manera holística para poder comprender sus sinergias e interpretarlas desde una actividad que se torna cada vez más compleja y especializada.

3 . LA INTELIGENCIA ECONÓMICA Y SUS RELACIONES CON OTRAS CIENCIAS

La Inteligencia en especial la Estratégica, a partir de la Inteligencia Económica (y Contrainteligencia), sustentada en las ciencias dentro de la cual se evidencia la Economía, no puede perder de vista su característica fundamental, autónoma y necesita vincularse con otras ciencias.
El conocimiento exige la interpretación de sucesos económicos, históricos, políticos, geográficos, sociales, antropológicos, jurídicos y religiosos, entre otros, para que el analista y decisor final, permanente o esporádico, cuente con un instrumental de trabajo muy diversificado y, así mismo, con una capacidad de asertividad cada vez mayor.
Por ello, la inteligencia necesita de las ciencias, en especial, la Inteligencia Económica, si mantenemos la perspectiva del actor económico.

3 .1 . La inteligencia económica y la política

Existe una interrelación entre la economía, los actores económicos y la política que es muy antigua. Desde Grecia y Roma hasta la depresión de la década de los treinta. La ciencia política proporcionó elementos para el estudio de la Organización del Estado, relaciones entre las clases dirigentes y las clases dirigidas y el estableciendo de instituciones que desarrollan las actividades económicas.
Hoy, ya sea en las economías liberales, o en las fundamentadas en el socialismo de Estado, o en cualquier otra corriente del pensamiento humano, los sistemas económicos y políticos están tan integrados, que no tiene sentido estudiarlos aisladamente. En cualquier sociedad la inestabilidad de las instituciones políticas conducen a la inestabilidad económica y recíprocamente; estas relaciones son objeto de la Inteligencia en todos los Estados.

3 .2 . La inteligencia económica y la sociología

Entre estas ciencias existe una interrelación inescindible.
Los factores económicos sirvieron para explicar muchos procesos sociales.
En el siglo XVIII la economía y la sociología se fragmentaron, pero a partir de las primeras décadas del siglo XIX, se intercomunicaron nuevamente, debido al creciente interés de los economistas por determinados sectores de la realidad social, que los sociólogos estudiaron en forma específica.
Es precisamente una de las funciones de la economía, servir para la satisfacción de las necesidades sociales, y propiciar los escenarios para el logro de los cometidos nacionales. Esta importante perspectiva es vital para el logro de los fines esenciales del Estado, en ello se encuentran representados los objetivos e intereses nacionales.

3 .3 . La inteligencia económica y la historia

La investigación histórica le proporciona a la Inteligencia Económica la necesaria localización y determinación en el tiempo y en el espacio de las actividades humanas. Los vertiginosos cambios en la historia contemporánea parecen conducir a nuevas condiciones de equilibrio global y por eso interesan a los economistas, pues abarcan la propia dinámica de las economías modernas.

3 .4 . La inteligencia económica y la geografía

Las instituciones económicas y la forma de organización de la actividad productiva divergen de país a país y de región a región.
Esas diferencias están relacionadas por un gran número de características tales como las de producción. Todo es investigado y registrado por la geografía económica.

3 .5 . La Inteligencia Económica y el Derecho

La relación entre estas dos ciencias tiene un elevado grado de interdependencia (Bloch, 1996).
La ley sitúa a los agentes de la actividad económica (el hombre, la empresa y la sociedad y el Estado mismo) delante del poder político, fijando sus derechos y responsabilidades y los límites dentro de los cuales se podrá ejercer la libertad de acción.

4 . LAS DIMENSIONES DE LA INTELIGENCIA ECONÓMICA

El término emerge de la cultura de Inteligencia Económica y de su aspecto multidimensional, y en el que han contribuido numerosos estudiosos entre los que se destacan los trabajos de Bournois y Romani (2000) y Larivet (2000).
Esto ha generado una gran alternativa de estudio, en sectores, en aspectos y en instrumentos. Sin embargo, la conclusión es contundente: cualquier estudio que se realice en torno a la Inteligencia Económica debe ser un estudio integral e interdependiente, que conduce a de terminar que las dimensiones enunciadas son aspectos que deben interpretarse sistémicamente en su conjunto, como elementos indivisibles, interdependientes y complementarios entre sí.

4 .1 . Dimensión funcional

La dimensión funcional se sustenta sobre lo que la Inteligencia Económica actúa.
Levet (1997) identifica cuatro funciones esenciales de la inteligencia económica: la matriz de patrimonio, la detección de amenazas y oportunidades, la coordinación de actividades y la práctica de influencias.
Por su parte, Larivet (2000) define la función como el reconocimiento o el sentido de investigación y explotación de la información, con la finalidad de construir conocimiento. Dentro de esta definición el autor asimila reconocimiento con vigilancia, dentro del cuadro del ciclo de reconocimiento, y considera la influencia como una dimensión independiente, exponiendo que no puede reducirse a una simple actividad.
Nos proponemos clasificar las funciones de la Inteligencia Económica según una tipología que reposa sobre cuatro ejes de un modelo metodológico y funcional de reconocimiento.
Dentro de estas características la "motivación" aparece como una función completa, considerada como una interfaz de comunicación estratégica interna, que inicia el proceso metodológico. Sobresalen sobre otros tres ejes, ya definidos en los servicios de reconocimiento: el reconocimiento, la protección y la acción.

4 . 1 . 1 . Funciones de motivación

• Experticias y determinaciones para la gestión de crisis.
• Conjunto de actividades, de búsqueda y explotación de la información.
• Gestión del conocimiento y del patrimonio informacional. • Comunicación. • Circulación y difusión de la información. • Animación de recursos.

4 . 1 . 2 . Funciones de reconocimiento
• Colección y explotación de información documentaria (infodocumentación).
• Detección de amenazas y oportunidades (infodecisión)
• Recomendaciones de acción (infoacción).

4 . 1 . 3 . Funciones de protección
• Políticas de seguridad.
• Contrainteligencia (reconocimiento defensivo).

4 . 1 . 4 . Funciones de acción
• Ofensiva: prácticas de influencia, como lobbying, desinformación, decepción, manipulación, penetración e infiltración.
• Defensiva: contra-información, recursos y procedimientos judiciales.

4 .2 . Dimensión teleológica

La dimensión teleológica de la Inteligencia Económica responde a los intereses nacionales que, en la práctica, se fundan bajo principios de intencionalidad. En consecuencia, esa dimensión deviene de los objetivos estratégicos nacionales, e interpreta su finalidad, enmarcado dentro de una correlación regida por el principio de la proactividad, donde la estrategia precede a la acción, en sentido operacional y táctico del término, haciendo que la información sea su fundamento esencial.
Es un esquema dependiente entre SABER, VER, DECIDIR y HACER. La dimensión teleológica de la Inteligencia Económica se articula en una lógica dinámica, permitiendo el saber, la construcción del conocimiento, la necesariedad de hacer, de proteger en un ensamble coherente.

4 .3 . Dimensión organizacional

La dimensión organizacional, de la Inteligencia Económica, se funda en los principios de dependencia, interdisciplinariedad y transversalidad, comprendida como una cultura especial impues ta dentro de su desarrollo y como condición mínima de su estructura organizativa.
El principio de sinergia necesita un terreno favorable apara la interacción de todos sus componentes relacionales, basados en la complementariedad de sus competencias.
Se le considera una organización jerárquica no piramidal, adaptada a la noción de intención del proyecto, íntimamente ligada con su dimensión teleológica.
La dimensión organizacional de la Inteligencia Económica reposa bajo elementos esenciales, constituidos por el ciclo de información, como centro de todo su desarrollo y sobre el cual se estructura su conformación y acción.
La adaptación al entorno es el secreto de su éxito, donde las energías e intereses particulares responden a las necesidades colectivas. La Inteligencia Económica es la orientadora de todos los procesos del Estado, bajo el concepto que toda acción es de contenido económico y produce efectos económicos.
Los decisores tienen como perfil ideal y como coordinadores tácticos de los diferentes equipos, aún en los niveles más altos, el orientar de manera coherente y bajo los más estrictos objetivos de Estado, sin desviar las atenciones, aun en procesos de difícil causa.
La Inteligencia Económica conlleva al desarrollo de un pensamiento gerencial en el Estado, con el objeto de ordenar todas las estructuras que le sea posible aunar a objeto de garantizar su superación organizacional.
Es decir, el Estado es responsable de la participación integral de todo su componente económico, de las juntas directivas, de las asociaciones de empresarios, de las federaciones de industriales, de las organizaciones clásicas de industria, de los empresarios financieros y de bolsa, inclusive de todos aquellos que de algún modo son accionistas de todas estas empresas.
Esta dimensión organizacional hace del Estado, el eje de desarrollo económico de la nación y de todos sus componentes.

4 .4 . Dimensión cultural

El trabajo de búsqueda de información que estructure los procesos de Inteligencia Económica reposa bajo postulados de dimensiones igualmente culturales. Las diferencias de las heterogéneas naciones se comunican en sus modos de actuar y le colocan una impronta que es su sello característico, que la identifica y la hace particular en su contexto.
La cultura organizacional es inclusive uno de los primeros eventos en evidenciarse, puesto que existe un aprovechamiento de los recursos organizacionales que varían de acuerdo a ese componente cultural. Sin embargo, con el aprovechamiento de las tecnologías de la información las características particulares han ido cediendo a una cultura global de difícil determinación por su pluralidad de componentes útiles.
En este espectro la idea de comunidad o de individualidad y más aún dentro de los sistemas de gestión no es del todo uniforme o identitaria de manera excluyente desde tales rasgos característicos.
La dimensión cultural esta transversalizada, por dos componentes bien definidos: la adaptabilidad de la organización, a los ambientes externos, y la integración interna, a través de lenguajes y expresiones particulares.
De esta manera, la Inteligencia Económica adapta el Estado a su contexto económico, con la finalidad de obtener ventajas o de minimizar las amenazas que se ciernen sobre él.
La Inteligencia Económica considerada como una herramienta de adaptación de los Estados a su entorno y como un sistema de gestión de la información decisional, identifica las competencias y las capacidades, apoyándose en un grupo de términos identitarios, comportamientos y composiciones dimensionales de otras culturas particularmente evolucionadas o con ventajas económicas.
El término Inteligencia Económica reposa esencialmente en la noción de cambio y adaptación cultural, tanto a nivel nacional como a nivel transnacional, vista como el entorno donde se desarrollan todos los componentes negociales del Estado y representada por todo su aparato empresarial.

4 .5 . Dimensión socioeconómica

Los actores como sujetos y objetos de la Inteligencia Económica son el principio de la cultura colectiva, no constituyen un grupo específico en el aspecto teórico diferente de su organización general, pero en la práctica cada actor es considerado un recurso de información, por los efectos ciertos en los procesos de búsqueda, de fuentes bibliográficas, bibliométricas o de vigilancia sectorial, o por asegurar sus marcas en el tratamiento y explotación de la información, bien sea en su análisis o en su interpretación. La construcción de la infoacción necesita sus competencias las cuales se traducen en términos de saber, de saber hacer, respecto de un conglomerado de información disponible.
Muchos grupos poseen información que por las condiciones del sector son manejadas de manera especial respecto de otros, así, por ejemplo, es muy difícil que la información sobre temas espaciales sea manejada por sectores de la industria primaria. Sin embargo, esas tendencias están desapareciendo en tanto las interpretaciones de la Inteligencia Económica tienden a ser holísticas e interdependientes. Las organizaciones determinan la formación de especialistas de alto nivel, de acuerdo con las tendencias y sus objetivos misionales, de tal forma que dichas especializaciones se convierten en elementos diferenciadores entre los disímiles sectores, sin renunciar a la conformación e interpretación integral del entorno.
La dimensión socioeconómica es de las más complejas, dedido a su relación y entendimiento con el contexto.
La escogencia de elementos que garanticen la vigilancia del entorno económico se traduce en ventajas económicas y sociales, determinadas en últimas por los usuarios o decisores.
El Estado en consecuencia debe designar y formar un grupo de especialistas de alto nivel que le provean de información social y económica que garanticen las ventajas y reduzcan los riesgos en la toma de decisiones, que satisfagan como finalidad las políticas u objetivos nacionales. El aspecto social representa el eje fundamental de toda política y de él depende que la Inteligencia Económica produzca los resultados que se esperan y desean. La unidad especializada de Inteligencia y Contrainteligencia Económica en los Estados es esencial para su desarrollo y existencia.

4 .6 . Dimensión pedagógica

La Inteligencia Económica en su sentido de capacidad de adaptación sugiere un diseño pedagógico. Este abordaje fue diseñado por Achard y Bernart (1998).
Por su influencia con el entorno la Inteligencia Económica contribuye a la evolución permanente de situaciones que a un mismo tiempo que le favorece, conduce al cambio.
La importancia de los procesos de aprendizaje se refleja en los resultados de la información que posteriormente sirve de insumo a la inteligencia; por ello la dimensión pedagógica se convierte en esencial para la determinación de procesos comunes y eficientes, dentro de los cuales se encuentran errores como:
• Todo individuo actor en el proceso de Inteligencia Económica, dependiendo de su formación y capacitación, adopta una actitud más o menos creativa.
• El modelo mental suple y se adapta por medio de las formas de aplicación de ese conocimiento.
• La visión particular.
• La dinámica del equipo.
• La visión sistémica e interactiva.
Ello confirma que la dimensión pedagógica de la Inteligencia Económica está presente en la apertura hacia los mundos de información, bien que se torna indispensable para el Estado, para sus profesionales analistas, que señala así mismo, los derroteros en la adquisición de competencias, uso de metodologías y abordaje de la sobreinformación.
El aprendizaje contribuye a la racionalización de las funciones, permitiendo la transferencia de saberes necesarios para el desarrollo de una cultura interna unificada en el Estado.
La Inteligencia Económica no es en esencia un sistema de conocimiento de un sector determinado, es, por el contrario, un sistema abierto y en permanente construcción que opera inclusive desde el exterior del Estado, en niveles de alta decisión donde las responsabilidades dependen de la oportunidad de esta.
La dimensión pedagógica de la Inteligencia Económica se presenta como un mundo abierto, como un espacio en permanente edificación, que evoluciona según las experiencias de sus actores, de sus capacidades y de su creatividad, comprendiendo principios de cultura colectiva, crítica y reticular.

4 .7 . Dimensión tecnológica

La dimensión tecnológica de la Inteligencia Económica se encuentra imbricada dentro de un sistema multidimensional y que corresponde a un desarrollo de la dimensión pedagógica. Las tecnologías de la información son su mayor dinamizador, se puede decir que más del 95% de la información de Inteligencia Económica se encuentra en fuentes abiertas de fácil acceso, pero de difícil análisis dada la magnitud de los cúmulos de información, que demandan analistas cada vez más especializados y más eficientes; inclusive se requieren desarrolladores de software que se adapten a la gran cantidad de información, con capacidad de procesamiento en tiempo real y grandes resultados.
La dimensión tecnológica es propia de la Inteligencia Económica, puesto que ella se aprovecha y nutre de las tecnologías de la información y las comunicaciones, de los procesos lógicos y de los sistemas físicos que lo componen, sujetos de una evolución permanente y dinámica.
La dimensión tecnológica es una de las más complejas, su apropiación y su procesamiento, con fines operacionales es una de las fases esenciales y más complejas dentro de la dinámica de apropiación de la Inteligencia Económica. Los autores consideran difícil apropiar los datos y la información en un sistema que se encuentra en permanente movimiento y evolución, dado que el riesgo de obsolescencia es cada vez más ágil y rápido.
Cada especialista se encuentra más sujeto a los cambios de los sistemas, donde el elemento temporal se torna en una realidad permanente en términos de "tiempo real", y dentro del cual las decisiones deben adoptarse en esa misma dimensión, como elemento minimizador del riesgo decisional.
Cada Estado debe procurar un sistema de Inteligencia Económica que satisfaga las múltiples dimensiones en términos de realidad temporal e inmediata, y esa satisfacción prevé dinámicas de procesamiento de datos, información, conocimiento, inteligencia y saber en unidades de tiempo cada vez más próximas unas de otras, de tal forma que inclusive la eficiencia de los Estados y de sus ventajas y desventajas estará sujeta a la capacidad de tomar decisiones en ambientes especulativos, de anticipación y prospección.
Por ello, muchos consideran que la Inteligencia Económica es en esencia la Inteligencia Estratégica.
La dimensión cultural es importante frente a esta dimensión, ya que esta es un resultado fuertemente dependiente de aquella, en un síndrome de universalidad tecnológica, que evoca aspectos de ilación y sometimiento recíproco.

4 .8 . Dimensión ética

La ética engloba el ensamble de los principios morales, como la base de la conducta del individuo, es un carácter indivisible de toda práctica. Es el esencial sentido que motiva e inspira toda conducta, y que orienta y legitima la actividad de Inteligencia Económica. Los valores provienen de otros valores que en el aspecto ético se evidencian en la práctica.
La inteligencia por sus metodologías, técnicas y prácticas apela indelegablemente a su dimensión ética.
Ella se estructura a partir de la información abierta que, en su esencia, es una información entregada por todos para la construcción de escenarios comunales, donde la libertad de la información y la integridad de las personas que en su proceso participan, denotan grandes calidades humanas y morales.

4 .9 . Dimensión jurídica

La Inteligencia Económica, como toda actividad del Estado, conlleva en su composición un alto grado de riesgo, en variadas direcciones. La ejecución de las actividades de inteligencia tiene un gran contenido público, que se halla sujeto a órdenes de rango constitucional y legal que la hacen susceptible de controles, de principios y de dependencia al respeto y promoción de los Derechos Humanos.
En la actividad de Inteligencia Económica se involucran los derechos personalísimos de los individuos, de los actores económicos y del Estado.
En efecto, se puede decir que se consolida una función pública tendiente a satisfacer las aspiraciones, objetivos y finalidades nacionales. Hay una gran preponderancia del interés general sobre el particular que se sujeta a las actividades propias de la seguridad de Estado y que convergen en la seguridad y Defensa Nacional.
Las relaciones del individuo, en tanto sujeto pasivo de la actividad de inteligencia, se someten a las cargas públicas que todo ciudadano debe soportar para el desarrollo del mandato constitucional o del contrato social.
Adicionalmente, las relaciones Estado con los demás actores, sean estos personas naturales o jurídicas, generan relaciones que se enmarcan en la norma y que consecuentemente determinan relaciones jurídicas directas e indirectas.
Como puede determinarse, el ámbito jurídico de la Inteligencia económica es sistémico y en lo que hace concordancia con las relaciones entre Estados, se regula por el Derecho Internacional.
La dimensión jurídica determina que la Inteligencia Económica, como actividad, esté sujeta tanto al derecho interno del Estado donde se desarrolla, como al derecho internacional en cuanto su relación con otros Estados.
Toda actividad de inteligencia se encuentra sujeta a derecho.

4 .10 . Dimensión deontológica

Se refiere a las reglas que conforman la doctrina de Inteligencia Económica, determinando un código deontológico, que se puede linear en los siguientes postulados:
1. Por existir un alto grado de complejidad, interdisciplinariedad e interactividad de la actividad, los actores, agentes y decisores, son altamente especializados y profesionalizados, lo cual deriva en reconocer la inteligencia económica como una "profesión", altamente especializada.
2. Toda actividad de Inteligencia Económica evita la realización de procesos no éticos, lo cual conlleva a mantener el más alto grado de profesionalidad y a establecer códigos éticos en el desarrollo de dichas actividades.
3. La Inteligencia Económica responde íntegramente a las políticas, normas y objetivos nacionales.
4. Respeta e irradia el principio de confidencialidad en todos los sentidos y niveles.
5. Sus actividades se encuentran dirigidas a la satisfacción integral de órdenes constitucionales y legales y al respeto de la juridicidad internacional.
6.  Su doctrina es el lineamiento y orientación principal dentro del cual se desarrolla la actividad.
7. Persigue objetivos nobles y altruistas, de mejoramiento de las condiciones de vida de los diferentes actores.
8. Desarrolla estándares éticos, de mejoramiento continuo, en las denominadas "lecciones aprendidas".

4 .11 . Dimensión securitaria

El informe Martre señala que las actividades de Inteligencia Económica " son todas las acciones ne cesarias para la preservación del patrimonio de la empresa4 " , e indica que con la finalidad de asegurar la continuidad en la unidad y el desarrollo de la gestión que aseguren su supervivencia frente a la competencia. Estas limitaciones son inaceptables para la noción de Inteligencia que abordamos. Pero aplicada al Estado, podríamos concebirlas desde la enunciación y modificando su estructura semántica como todas las actividades necesarias para la preservación del Estado.
Las amenazas y las oportunidades deben ser detectadas y evaluadas, para definir en ese mismo sentido las acciones defensivas u ofensivas, activas y pasivas que garanticen su desarrollo estratégico.
De este proceder, se evidencia la derivación y la capacidad de la contrainteligencia económica, cuya función consiste en la protección del patrimonio integral del Estado.
Las diferentes perspectivas inspiran los servicios de inteligencia y contrainteligencia económica, enmarcados dentro de una dimensión securitaria de dominio de la información que permita la preservación del patrimonio.
Bournis y Romani (2000), analizan las relaciones entre inteligencia económica, seguridad y seguridad de los sistemas de información SSI, en el que aparecen tres (3) reportes:
1. La Inteligencia Económica subsume los sistemas de seguridad de información y la seguridad en su contexto.
2. La Inteligencia Económica y la Seguridad se correlacionan e interactúan inseparablemente.
3. La finalidad de todo el sistema depende de cada una de ellas.
La Inteligencia Económica por sus múltiples dimensiones, aparece como un sistema estructurador, transdisciplinario y multiforme. Ello evidencia la gran vulnerabilidad que puede presentarse, cuando uno de sus sectores es transgredido, representando un impacto inmediato en todo el sistema.
El sentido securitario conlleva el análisis de esas vulnerabilidades, determinadas y aseguradas dentro de la dimensión teleológica, de los riesgos y las amenazas, para garantizar la continuidad del Estado. Pero, no solo es el patrimonio que se presenta de manera material y en términos cuantificables lo que hace que la dimensión securitaria aumente su capacidad de definición e interpretación para adecuarse a esa inmaterialidad. El sentido holístico de la inteligencia económica, se traduce en hacer converger todas sus dimensiones en ese mismo sentido, y una aproximación integral, considerada como una cadena de seguridad, se logra manteniendo la totalidad de los componentes en las condiciones más fiables.

CONCLUSIÓN

La Inteligencia y la Contrainteligencia Económica serán, en el futuro, las herramientas del Estado para la estructuración de sus políticas públicas, en especial de aquellas que se dirigen a los actores económicos. La necesidad de crear y recrear en el Estado una Unidad de Inteligencia y Contrainteligencia Económica es evidente,
hacia el futuro inmediato mostrará sus resultados y será su patente de existencia. Las demoras en hacerlo repercutirán corresponsablemente en todos los factores, actores y escenarios económicos, que apuntamos en este interregno.
La Inteligencia y la Contrainteligencia Económica no se dedican a realizar auscultaciones económicas en modelos matemáticos o estadísticos, dinámicos, regresivos o evolutivos, su espectro es inmensamente más amplio e interdisciplinario, abarca todo aquello que sea económicamente representado y representativo; es decir, se preocupa por los actores, factores, fenómenos y escenarios de contenido y/o relación económico. Propende al cambio en los paradigmas sobre las teorías de defensa pasivas y explora las condiciones para la implementación desarrollo y garantía de una seguridad activa sustentada en las relaciones de poder económico.
Los Estados con mayor desarrollo como China, Japón, Francia, Inglaterra y la India, entre otros, han creado y dado la mayor importancia a la Inteligencia y Contrainteligencia Económica; función única del Estado con la capacidad de generar conocimiento para las decisiones que en este ámbito se relacionan.
Las múltiples dimensiones de la Inteligencia y la Contrainteligencia Económica la convierten en la herramienta idónea en el Estado que, además de ser capaz de asegurar su existencia y competitividad, puede comprender las dinámicas socioeconómicas y de entorno, para el mejoramiento de las condiciones y niveles de vida y en especial para el logro de los objetivos y fines nacionales.

1 Como elemento geoestratégico, es un valor fundamental en las dinámicas de los tiempos modernos; produce poder, riqueza y ventajas comparativas y competitivas. Es actualmente uno de los ítems ineludibles e incorporados en las agendas internacionales y objeto relevante de Inteligencia y Contrainteligencia Estratégica.
2 El componente humano que pertenece a la Comunidad de Inteligencia y Contrainteligencia debe descollar por su altísima capacitación, formación, preparación y especialización, las cuales deben ser del más alto nivel.
3 CIC (2003). InteligenciaEmpresarial. Madrid. IADE. Documentos Intellectus nº 6, http://www.iade.org/contenido.asp? (Consultado el 25 de abril de 2011).
4 Cuando se señala por algunos autores a la Inteligencia Económica como propia de las empresas, se produce un doble error: minimiza y circunscribe a un ámbito mínimo las potencialidades de la Inteligencia Económica y en perspectiva académica la desnaturaliza, conduciéndola a los ámbitos privados y en exceso cerrados

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